miércoles, 25 de enero de 2012

LAS DOS CARAS DE LA LEY LÍMITE A LA TENENCIA DE TIERRAS


Antes de comentar sobre el planteamiento del proyecto de Ley de Democratización de Acceso a la Tierra, juntamente con el posible límite sobre la tenencia de la tierra, iniciaremos el presente artículo con algunas estadísticas. La extensión actual de terrenos con áreas potencialmente agrícolas representa el 6% del territorio nacional. El sector agrícola representa el 7.5% del PBI, con crecimientos anuales de 3% – 5% en los últimos años. En la última década dicho sector mostró un crecimiento mayor al 50%, y gracias a la diversificación con la que cuenta el Perú, los productos agrícolas pasaron de 52 mercados a cerca de 150, lo que permitió la exportación de 309 productos.

Previo al debate del congreso sobre la ley que limita la tenencia de tierras, existe grupos a favor y en contra, por mencionar 02 grupos representativos: La Asociación de Exportadores (ADEX) comentó que la competitividad y el desarrollo del sector agrario va muy de la mano con la extensión de las tierras, mientras que la Convención Nacional del Agro Peruano (CONVEAGRO), mencionó que con la aprobación de la Ley no se pierde competitividad, los pequeños y medianos agricultores son en su mayoría quienes abastecen de alimentos a los hogares peruanos.

El tema fue nuevamente manoseado cuando la Empresa Gloria, con una sola transacción adquirió 15,600 hectáreas en el proyecto olmos, acumulando un total cercano a 80,000 hectáreas; casos así se nota en casi todo el valle costero, donde los grupos de poder económico poseen miles de hectáreas en zonas altamente productivas y continúan expandiéndose; por lo que un total de 34 empresas poseen 225,657 hectáreas.

El rostro del agro es el siguiente -por un lado, la ley que limita la propiedad agrícola hace que el sector pierda competitividad, debido a que las grandes extensiones de tierra permiten producir a economías de escala, incorporando tecnología y reduciendo costes de producción y a la vez incrementando la productividad, la gran inversión en el agro es más eficiente a la hora de producir alimentos y genera millonarias divisas; mientras que el minifundio presenta débil articulación para acceder al mercado, baja productividad, costes de producción altos, ya que los insumos lo adquieren al por menor y a la vez subsidian sus productos a precios por debajo de sus costes de producción. Los minifundistas se resisten a las asociaciones, utilizan una tecnología tradicional y que muchas veces por la geografía peruana dicha tecnología nunca llega.

Entonces, ¿a quién favorecer?, lo que se pretende con esta Ley es buscar un equilibrio entre la eficiencia y la equidad, ello no puede suceder, porque una economía es eficiente a costas de sacrificar la equidad, o viceversa, pero las dos cosas juntas muy pocas veces se logran. Lo que tiene que hacer el Estado es encontrar un equilibro entre la gran inversión y la pequeña y mediana agricultura, sobre todo porque no hay mucha tierra disponible para cultivar.

La concentración de tierra en pocas manos genera un modelo económico, social y político distinto, con un menor efecto positivo en la economía de la población rural. El libre mercado solo hace acabar con las libertades de los que menos tienen; la pobreza en el Perú no ha disminuido ni con la explotación minera, ni agraria, solo ha aumentado el índice de riqueza de los que más tienen. La acumulación de tierras en pocas manos genera el poder de control en los precios, lo cual perjudicaría al consumidor final, porque se pierde el principio de competencia, aunque para el caso del Perú está muy diversificado (costa, sierra y selva), pero que con el paso del tiempo puede suceder. El acaparamiento de tierras perjudica a la pequeña y mediana agricultura, por lo que el mercado de tierras necesariamente debe contar con un regulador.

Lo que se tiene que hacer en Perú es incentivar el desarrollo de los pequeños y medianos productores dotarlos de conocimientos y tecnología (adoptar y adaptar). Una tarea por trabajar es el tema de la asociatividad, que le permita acceder a mercados, con una mayor producción y a precios competitivos. No se trata de favorecer a los grupos de poder económico para promover como ellos dicen la “competitividad”, sino de potencializar y fortalecer a los pequeños agricultores para volverlos más competitivos, solo allí hablaremos de inclusión.