martes, 20 de diciembre de 2011

La Crisis Financiera y los Flujos Migratorios


La crisis Europea, el crecimiento anémico de China, y la crisis financiera de EE.UU., afectaron a la gran masa laboral mundial que retorna a su lugar de origen al no tener un empleo que garantice su estancia. Por mencionar –España, en los últimos 3 meses exportó más de 1500 peruanos; 3,234 ecuatorianos; 1,751 colombianos, que salieron de sus países en busca de mejores oportunidades laborales. Para el caso de Perú la crisis generará que la oferta de trabajo se incremente, y si los sectores están anémicos y no desean demandar mano de obra, aumentaría la tasa de desempleo; en cambio si la mano de obra se ha perfeccionado y la movilidad del capital humano retorna, el efecto sería otro, ya que llegarían profesionales mejores capacitados para aportar conocimiento a nuestro país.

Los flujos migratorios es el resultado de la demanda de trabajadores que requieren otras economías y que su oferta laboral es mayor que su demanda, dicha demanda puede ser producto de la escasez de mano de obra específicamente en el mercado de trabajo secundario caracterizado por el uso intensivo de mano de obra poco cualificada u factores como educativos, tecnológicos, etc. Los flujos migratorios ocasionan problemas sobre los salarios y el desempleo de los trabajadores nativos -y a la vez ocasionan externalidades positivas en el país de origen (remesas). Las remesas afectan las posibilidades de consumo e inversión de los hogares receptores y pueden generar externalidades y efectos de equilibro general –además, constituyen una fuente adicional de ingresos y macroeconómicamente complementan el ahorro externo y llevan divisas adicionales a los países receptores. La emigración también puede explicar el crecimiento de demanda laboral en el país de origen, ya que las personas que salen dejan sus puestos laborales que son cubiertos por otros.

La movilidad geográfica del factor trabajo tiene que ver con las disparidades entre los salarios reales y de ingresos entre países, complementariedades entre la movilidad de capital humano, tecnología, capital financiero, escasez en los países receptores de personal calificado principalmente en áreas tecnológicas -y políticas migratorias de admisión más favorables. Toda movilidad geográfica genera costos y beneficios por lo que hay un costo humano de tener que dejar los países de origen por falta de oportunidades económicas y enfrentar condiciones difíciles de inserción en los países de destino -y el beneficio se mediría por el lado de las remesas, que en los últimos años para el caso de Perú ha ido cayendo paulatinamente.

Las mejoras económicas en Perú en los últimos años, no solo ha permitido paliar el impacto de la crisis financiera, sino también crear más puestos de trabajo. A pesar del crecimiento que experimentan algunas economías de Latinoamérica, todavía existen más de 200 millones de personas desempleadas. Actualmente, hay cerca de 26’000,000 de Latinoamericanos viviendo fuera de sus países de origen -de los cuales, 22.5 millones se encuentran en países fuera de la región (migración extra-regional) y alrededor de 3.5 millones viven en otros países latinoamericanos (migración intra-regional). España concentra más de 200 mil peruanos tanto legales como ilegales, los mismos que están siendo azotados por la crisis y con altas probabilidades que otros 10% se sume al barco de retorno al Perú (La tasa de desempleo en España es cercana a 22%). El año 2010 la tasa de desempleo urbano juvenil en Perú fue de 16%, la falta de oportunidades orienta a este grupo a buscar trabajo en el mercado informal, o a ejecutar actividades perjudiciales para la sociedad tales como: delincuencia, alcoholismo, drogadicción, etc.

Finalmente, en los meses que vienen- en Perú existirán más compatriotas que retornen, ya que las condiciones de empleo en otros países están debilitadas, mientras que en Perú, las proyecciones de crecimiento económico para el año 2012 es de aproximadamente 5%. Si no queremos que el desempleo peruano se incremente, se tiene que mantener el actual ritmo de gasto público, si se detiene la inversión privada, ello impediría la producción y por ende el empleo; aunque se sabe que mejorar la ocupación con estímulos a la demanda son criterios más "keynesianos" que neoclásicos, pero si aumenta la demanda laboral y la oferta no responde (parálisis de la inversión), inevitablemente la crisis también visitará nuestros bolsillos.

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