viernes, 17 de agosto de 2012

La Presión Tributaria en el Perú



La presión tributaria o presión fiscal es un término económico que se refiere al porcentaje de los ingresos que los agentes deben aportar al Estado por concepto de impuestos; es decir, es el porcentaje del PIB recaudado por el Estado por derecho de impuestos, y se mide según el pago efectivo de impuestos y no según el monto nominal que figura en las leyes.

En las economías desarrolladas, la presión tributaria se ubica por encima del 30% y llega hasta el 51%, en países como Suecia, Dinamarca (49%), Bélgica (45%), Reino Unido (43%) e Italia (42%). El promedio en la Unión Europea la presión fiscal es cercana al 40%. Según un informe elaborado en el año 2011 por el FMI, la presión fiscal de Argentina es la más alta de Latinoamérica, y llegó a 37.6 puntos, mientras que la de Brasil ascendió a 36.7 puntos del PBI, le sigue en importancia Ecuador, Venezuela, Chile y Colombia, Perú se ubica en sétimo lugar. El promedio de la presión tributaria en América Latina y el Caribe de 33 países es del 19%. Argentina, es un país que en la última década ha recaudado tributos muy cercanos a los que recaudan algunos países desarrollados (Francia, Alemania, Suecia, etc.), pero, es un impuesto netamente regresivo.

Según las estadísticas publicadas por la Sunat, en Perú la presión tributaria en el año 2008 fue de 15.6% del PBI en el 2009 cayó a 13.8% por efectos de la crisis financiera internacional, en el 2010 llegó a 14.8%, pero habría sido de 15.3% si no se hubiera implementado las medidas del Plan de Estímulo Económico (PEE), así como la depreciación acelerada para la construcción y las micro y pequeñas empresas. En el 2011 subió a 15.5% del PBI con un monto equivalente de S/. 75,538 millones, y se espera que para el año 2012 llegue a 15% del PBI.

La presión tributaria en el Perú es baja, debido a los altos niveles de informalidad que existe en el país. El Perú a nivel de Latinoamérica se ubica de en segundo lugar en informalidad, mientras que a nivel mundial se ubica en el quinto lugar. Como consecuencia de los altos índices de informalidad en nuestro país, son muchos los que no pagan IGV ni IR. De los aproximadamente S/. 400 mil millones de PBI, sólo el 35% se genera por actividades formales, por lo que, los que cumplen con la Ley son los que cargan con el peso tributario. Así mismo, los profesionales como: médicos, abogados, consultores, entre otros, también evaden impuestos, ya que no declaran anualmente sus ingresos o no emiten facturas y/o recibos por honorarios de la prestación brindada. A ello se suma, el sector comercio, y el sector construcción que en los últimos años se convirtieron en los grandes evasores de impuestos.

Los analistas en tributación consideran que las fuentes potenciales de ingresos tributarios en el Perú podrían alcanzar los S/. 25,000 millones de darse una racionalización y posterior eliminación de las exoneraciones tributarias, las cuales representan el 1.2% del Producto Bruto Interno (PBI); la erradicación de la evasión del Impuesto General a las Ventas (3.7% del PBI) y una mayor lucha contra el contrabando en el país (0.4% del PBI).

Finalmente, si en el país se aplica una reingeniería de políticas que promuevan captar más ingresos -estos no deben distorsionar el crecimiento de la economía, ni la competitividad de las empresas, ya que si el Estado desea incrementar la presión tributaria, estos impuestos tienen que ser progresivos y no regresivos, ya que los impuestos regresivos son distorsivos porque gravan directamente el proceso productivo (grava al consumo, trabajo y producción -allí están las cargas sociales, impuestos al trabajo, a los ingresos brutos, el impuesto al cheque y los derechos de exportación - retenciones), perjudicando en muchas oportunidades las decisiones de producción, conllevando a producir menos o informalizar más la economía; en cambio, el impuesto progresivo es mejor, ya que se paga una vez terminado el proceso productivo, mecanismo que es utilizado por los países desarrollados; estos impuestos se les cobra a las personas y empresas de manera progresiva; es decir, paga más quien tiene más, y gravan especialmente a las ganancias y la propiedad, estos impuesto en las economías desarrolladas figuran entre el 20% al 25% de su recaudación total.